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La nada | ||||||||||||||
Leonardo da Vinci | ||||||||||||||
El menor punto natural es mayor que todos los puntos
matemáticos, y esto se prueba porque el punto natural es cantidad continua, y todo continuo es divisible hasta el infinito. Y el punto matemático es indivisible, porque no es cantidad. Toda cantidad continua intelectualmente es divisible hasta el infinito. Entre las grandezas de las cosas, que están entre nosotros, la existencia de la nada tiene el principado, y su oficio se extiende entre las cosas, que no tienen existencia, y su esencia reside en el tiempo, entre el pretérito y el futuro —y nada posee del presente.
La parte de esta nada es igual al todo, y el todo a la parte, y lo divisible a lo indivisible. Y el mismo resultado produce en su división que en la multiplicación y en el sumar como en el sustraer, que se demuestra siguiendo a los matemáticos por su décimo carácter [el número cero] que representa esa nada. Y su potestad no se extiende entre las cosas de la naturaleza.
La llamada nada se encuentra sólo en el tiempo y en las palabras. En el tiempo se halla entre el pretérito y el futuro, y nada retiene del presente. Y así, entre las palabras, de las cosas que se dicen, que no son o que son imposibles.
En el tiempo, la nada reside entre el pretérito y el futuro, y nada posee del presente, y en la naturaleza se sitúa entre las cosas imposibles. Por lo dicho, no tiene existencia, porque, donde estuviese la nada se daría el vacío.
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Referencias bibliográficas
Scritti Scelti. Frammenti letterari e filosofici, a cura di Edmondo Solmi, Giunti Editore, Firenze 2006, p. 151. |
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Leonardo da Vinci (1452-1519) Traducción Clara Janés |
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