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Y al despertar,
seguimos soñando
con ellos
Patricia Magaña Rueda
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La más reciente secuela de la película La era del hielo reúne,
como ha sido común en el cine, seres que no vivieron en una misma época, incluyendo un gran dinosaurio. Ver nuevamente en pantalla la representación de un enorme y agresivo ser de este tipo nos recuerda que, aunque populares en la cultura de la gran pantalla, hay mucho todavía por conocer acerca de ellos.
Grupos de científicos en muchos lugares del mundo trabajan día a día en el estudio de diversas especies de dinosaurios, en la reconstrucción de sus características morfológicas, como el reciente descubrimiento de color en plumas de un tipo peculiar en China, así como en su conducta y en las enfermedades que les aquejaban, sin dejar de lado los nuevos descubrimientos para reforzar la hipótesis sobre su desaparición por la llegada de un meteorito.
Sobre dinosaurios hay muchos espacios que visitar en la red. Bien vale, para empezar o como principiante, consultar la información disponible en la Wikipedia, que contiene una larga lista de temas relacionados, una extensa bibliografía y muchas ligas a sitios que aportan información para permanecer entretenidos un buen número de días (http://en.wikipedia.org/wiki/Dinosaur).
Si se desea tener acceso a imágenes, se pueden hacer recorridos en las muy bien elaboradas páginas de los museos de historia natural estadounidenses en Nueva York o Washington o del Museo Británico de Londres.
El Museo de Historia Natural del Instituto Smithsonian en Washington tiene un interesante recorrido virtual que incluye vistas de los huesos en tres dimensiones, una serie de dioramas y dibujos, así como explicaciones de cada uno de los especímenes mostrados (http://paleobiology.si.edu/dinosaurs/interactives/tour/main.html).
El Museo de Historia Natural de Nueva York tiene un muy bien trabajado espacio museográfico dedicado a dinosaurios. De éste se puede tener información en la página. En la parte de apoyo para profesores se incluye, además, una interesante guía para alumnos de nivel básico que el profesor puede usar para plantear diversos ejercicios, que incluso tienen una sección de cladística (www.amnh.org/exhibitions/permanent/fossils/).
Por supuesto también tienen una sección para niños pequeños, con dibujos a color (www.amnh.org/ology/index.php#features/cladogram?TB_iframe=true&height=550&width=600).
La guía de dinosaurios del Museo de Historia Natural de Londres contiene una breve introducción a los dinosaurios, más la descripción de 332 de ellos, incluyendo 1 301 imágenes. Su línea del tiempo permite ver las eras geológicas y los millones de años transcurridos. Si uno accede a cada una de ellas encuentra las imágenes con la forma del cuerpo, los lugares donde se han encontrado los restos, así como una lista de especies. En la sección galería se pueden ver las fotografías de los esqueletos colocados en el propio museo (www.nhm.ac.uk/jdsml/nature-online/dino-directory/).
Y ya para los más interesados o avanzados, siempre hay manera de encontrar en la red noticias frescas sobre la investigación. Por ejemplo, en enero de 2010 se anunció el descubrimiento de “color” en plumas de dinosaurios. Zhonghe Zhou de la Academia China de Ciencias en Pekín, Michael Benton en la Universidad de Bristol en Gran Bretaña, y sus colaboradores, estudiaron los filamentos integumentarios en un rico grupo de fósiles del Cretácico en una provincia en el noreste de China. Este grupo también ha servido para “rastrear” el origen de las aves. Se puede acceder a un completo y accesible resumen en la opción en línea de la revista Scientific American (www.scientificamerican.com/article.cfm?id=colorizing-dinosaur-feathers).
El trabajo original fue publicado por la revista Nature y puede ser revisado en (www.nature.com/nchina/2010/100210/full/nchina.2010.19.html).
Otra noticia interesante tiene que ver con el tamaño. Aunque generalmente pensamos en grandes dinosaurios, Scientific American hace referencia a un estudio reciente donde se presenta la descripción de especies realmente pequeñas de no más de dos kilogramos de peso (www.scientificamerican.com/article.cfm?id=smallest-north-american-dino).
En México, algunos investigadores del Instituto de Geología de la UNAM realizan investigación sobre los restos fósiles de dinosaurios hallados en México y colaboran con el Museo del Desierto, en Saltillo, Coahuila, que es el único lugar en México que tiene un esqueleto completo de Tyrannosaurus rex. Para tener información del museo, se puede entrar a su portal y hacer una visita virtual (www.museodeldesierto.org).
Aunque sea del conocimiento popular que los dinosaurios se extinguieron por la caída de un meteorito hace 65 millones de años, algunos grupos de investigadores han tratado de buscar las evidencias de que así sucedió. En su ejemplar virtual del 4 de marzo de 2010, la revista Science publicó un reciente trabajo que aporta elementos definitivos para corroborar esta hipótesis. Un resumen del mismo, en el que participan investigadores mexicanos de la UNAM, el Centro de Investigación Científica de Yucatán, A.C. y el Instituto Mexicano del Petróleo, se puede consultar en (www.sciencemag.org/cgi/content/abstract/327/5970/1214).
No cabe duda de que los dinosaurios, esas interesantes criaturas de cuentos cortos, sueños de terror y protagonistas de historias y películas, seguirán atrapando nuestro interés e imaginación.
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Patricia Magaña Rueda
Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México.
como citar este artículo → Magaña Rueda, Patricia. (2010). Y al despertar, seguimos soñando con ellos. Ciencias 98, abril-junio, 38-39. [En línea]
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