La pintura mural prehispánica en México: área maya. Bonampak
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Leticia Staines Cicero | ||
Beatriz de la Fuente y Leticia Staines
Cicero (coordinadoras)
Instituto de Investigaciones Estéticas,
UNAM, México, 1998
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El proyecto “La pintura mural prehispánica en México”, dirigido por Beatriz de la Fuente desde 1990, con sede en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la unam, presentó el 26 de enero la reciente publicación de dos tomos dedicados a los murales mayas de Bonampak. Estos dos libros son parte del segundo volumen, correspondiente a la pintura mural del área maya; dos tomos más, tercero y cuarto, se referirán a otros murales mayas localizados en Chiapas y en la Península de Yucatán.
El volumen i, también en dos tomos, contiene el Cátalogo y los Estudios sobre las pinturas de Teotihuacán publicados en 1995 y 1996, respectivamente. El proyecto también se aboca a estudiar la pintura mural de la zona de Oaxaca, Costa del Golfo y del Altiplano Central después de Teotihuacán; estas tres regiones conformarán los volúmenes iii, iv y v.
Uno de los objetivos primordiales es realizar el registro fotográfico en color y en dibujos de las pinturas prehispánicas, ya que se trata de una expresión plástica que por sus propias características, y por otros factores adversos, se encuentra en riesgo de perderse y, con ella, información de incalculable valor para el conocimiento de los pueblos prehispánicos.
Este registro se presenta en un Cátalogo en el cual se reúne la información arqueológica y arquitectónica asociada a la pintura, ya que ésta no puede considerarse una obra aislada, independiente, sino que es parte de un todo integrado; su significado y función van de acuerdo a su contexto. Asimismo se incluyen los datos inherentes a la obra pictórica como medidas, colores y técnica, la descripción de las imágenes, estudios iconográficos, epigráficos y referencias bibliográficas. La ausencia de los datos indispensables para cualquier estudio sobre la pintura mural y sobre la cultura que la produjo ocasiona resultados incompletos; son necesarios todos los testimonios posibles para poder comprenderla e interpretarla.
Toda esta información sistematizada se encuentra en cédulas, las cuales tienen una metodología establecida. En ellas se incorpora, en un orden determinado, la información de cada uno de los murales. Además, se completan con alzados, plantas y proyecciones isométricas que explican las estructuras y la localización de la pintura.
Otro objetivo del proyecto es el estudio de las imágenes a través de diversas áreas del conocimiento. Así, el primer tomo de Bonampak se refiere al Catálogo y el segundo a los estudios multidisciplinarios.
Bonampak, localizado en la Selva Lacandona, en el estado de Chiapas, causó un gran asombro a partir de su descubrimiento en 1946, pues los murales que cubren los muros interiores de los tres cuartos del Edificio 1 se conservan casi en su totalidad y es hasta ahora el único ejemplo que muestra la grandeza del arte pictórico mural maya. El Edificio 1, también conocido como el Templo de las Pinturas, está formado por tres cuartos cada uno con acceso independiente y se localiza junto con otras estructuras en la Acrópolis, el conjunto arquitectónico más importante de esta ciudad.
La relevancia del contenido iconográfico de las imágenes se debe a que dan cuenta de diversas actividades relacionadas con el penúltimo gobernante de Bonampak, Chaan Muan ii o Cielo Harpía ii. En el Cuarto 1, Chaan Muan ii es ataviado para realizar un ritual en el Inframundo en el que participan músicos; en otra escena, miembros de la nobleza dialogan entre sí. En el Cuarto 2 se lleva a cabo una batalla, cuyo resultado es la obtención de cautivos que se presentan ante el gobernante. Por último, en el Cuarto 3 fue pintada la celebración del suceso con danzas y un ritual de autosacrificio. En los tres cuartos también se encuentran los dioses que observan y participan de los acontecimientos.
Por la importancia de estas pinturas, se consideró de trascendencia llevar a cabo un registro íntegro. Así en el Catálogo, se presenta, por primera vez, el corpus fotográfico completo de los murales del Edificio 1, por lo cual es posible apreciar gestos, ademanes, posturas y atuendos que expresan los personajes representados así, como formas simbólicas complejas. Para efectuar el registro, reunir la información de las cédulas y aquella que requerían los investigadores para sus propios estudios, se efectuaron varias temporadas de trabajo de campo, que fueron fundamentales dentro del largo camino recorrido.
En los cuartos del Edificio 1, algunos de los integrantes del equipo observaron detenidamente las líneas, las formas y colores en los muros para lograr una precisa descripción y ubicación de las imágenes en el espacio pictórico, de tal modo que fueron detectados, sobre todo en la escena de la batalla del Cuarto 2, algunos personajes nunca antes registrados. También se descubrieron trazos que permitieron completar algunas escenas, mismas que se reproducen en dibujos a línea.
Para llevar a cabo el registro fotográfico se tomaron en cuenta algunos problemas que podían derivarse de la irregularidad de las paredes y la altura de los cuartos; por ello, se diseñó un aparato especialmente para este trabajo. De tal manera que en el Catálogo aparecen desde los diseños en el cierre de la bóveda, hasta las figuras de las banquetas.
De este material se eligieron cerca de 45 fotografías por cuarto para unirlas con la ayuda de la computadora y elaborar, por primera vez, desplegados fotográficos que muestran los muros extendidos de cada cuarto, lo que permite percibir de manera global las escenas, ubicarlas en los muros y conocer el estado de conservación en el que se encuentran.
Completar el registro pictórico de Bonampak significó realizar también las cédulas de los fragmentos de las Estructuras 3, 5 y 6 ubicadas en la Acrópolis. En la primera se conservan, en el interior, trazos pintados en negro; en las otras dos, se distinguen franjas rojas en la fachada y color negro en los muros interiores, pero, afortunadamente, en la segunda aún permanecen detalles en la fachada oriente que muestran parte del lenguaje visual que debió cubrir el exterior de este edificio. Por un lado, la estructura de las cédulas ofrece al lector, sobre todo al no especializado, la información que requiere para conocer la pintura mural de Bonampak. Por otro, cumple la función de un Catálogo, ya que el investigador interesado, al consultar esta obra, tendrá todos los datos indispensables para llevar a cabo su propio estudio o interpretación.
Los diversos artículos que forman el tomo ii son el resultado de los estudios multidisciplinarios hechos por investigadores que analizaron las imágenes pictóricas desde el enfoque metodológico de su disciplina. Durante el trabajo de campo cada uno recopiló los datos que necesitaba. Después se exponían los avances en el Seminario, centro de reunión de los miembros del proyecto desde hace nueve años, para revisar las fotografías y dibujos, discutir hipótesis y exponer cada uno de los trabajos. Los murales fueron analizados a partir de la arqueología, historia, historia del arte, iconografía, técnica pictórica, ornitología, arquitectura, astronomía y epigrafía.
En el tomo ii, se presenta primero un panorama general del entorno de la región, se explican las características del diseño urbano-arquitectónico, el desarrollo constructivo de la Acrópolis, así como las modificaciones y las causas que las pudieron haber originado. De las imágenes pictóricas se definió el estilo a través del análisis sistemático de las formas y de la iconografía. El orden en que deben leerse las escenas se sugiere por la organización de las figuras en el espacio.
Otro lenguaje se encuentra inmerso en códigos. Por ello se elaboró un minucioso estudio sobre la figura humana, el cual reveló el profundo conocimiento anatómico que tenían los artistas y, por el orden armónico en la composición, se observó una coherencia en el discurso visual. A través del análisis de los pigmentos y de las sustancias orgánicas contenidas en las capas pictóricas, se detectó la técnica y el avanzado manejo de la cal, lo cual pone de manifiesto los métodos utilizados por los artistas para la realización de estas obras.
Asimismo, el estudio de los atavíos muestra el dominio que tuvieron en la elaboración y teñido de las telas y se menciona el significado simbólico de los diseños que los decoran. Por otra parte, también fueron identificadas las plumas de los tocados y del vestuario que descubren la presencia del quetzal, la guacamaya, el pavo ocelado y la garza, cuyos atributos se incorporaron a un complejo lenguaje simbólico.
Un aspecto destacado en las escenas es la representación de edificaciones; en la cima fueron pintados individuos de la nobleza, por lo que fue significativo averiguar si éstas eran reproducciones de las que se elevan en la plaza que se encuentra frente a la Acrópolis, pues delatan la importancia de los sucesos representados. Una escena que llama la atención está ubicada en la escalinata de la estructura pintada en el Cuarto 3, donde se identificaron danzantes y deidades de pequeñas dimensiones.
Las mediciones y los cálculos tomados en el trabajo de campo mostraron la importancia de algunos acontecimientos astronómicos. En el Cuarto 2 se identificó la representación de la Vía Láctea, la constelación de Orión, las Pléyades, Aldebarán y Marte y su relación iconográfica con las demás escenas. Se propone la idea de la conformación de una casa cósmica en cuyo centro se colocó el Edificio 1.
En el estudio de la distribución de los edificios tanto de la Acrópolis como de otro grupo arquitectónico conocido como Frey, se mencionan orientaciones y alineamientos que marcaron lugares específicos de observación de los movimientos celestes.
Un aspecto trascendente fue la lectura de los textos glíficos pues permiten conocer la genealogía de Bonampak desde el siglo v hasta el viii, misma que no sólo se registró en los murales del Edificio 1 o “Casa Seis Mar”, dado que estos se concentran en los títulos y actividades del gobernante Chaan Muan ii, sino en la búsqueda en inscripciones de otras manifestaciones plásticas del mismo sitio y de otras ciudades que además dan cuenta de las relaciones políticas. Algunos de los personajes pintados ahora tienen nombre y es posible situar en el tiempo, gracias a la fechas, los sucesos que narran las imágenes, entre ellas, la dedicación del Edificio que fue en el año 791. Por la lectura de los glifos se propone la identidad de algunos personajes representados en el Cuarto 1 y en la escalinata pintada en el Cuarto 3.
Por último, otros materiales investigados fueron los dibujos de los murales hechos por el pintor Agustín Villagra Caleti en 1947 y 1948, época en que fueron descubiertos. El análisis de los trazos que ahora han desaparecido proporciona un complemento al estudio de los murales.
A manera de conclusión, podemos decir que en estos dos tomos dedicados a los murales de Bonampak, así como el volumen i sobre las pinturas de Teotihuacán, se ven cumplidos los objetivos del proyecto y son una muestra fehaciente de la importancia que implica preservar e interpretar, a través de material gráfico y de análisis multidisciplinarios, la pintura mural prehispánica.
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Leticia Staines Cicero
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como citar este artículo → De la Fuente, Beatriz y Staines Cicero, Leticia. (1999). La pintura mural prehispánica en México: área maya. Bonampak. Ciencias 54, abril-junio, 70-72. [En línea]
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