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Lo falso de los falsos coralillos | |||||||||||||
Héctor Gómez de Silva Garza |
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Si tiene bandas negras seguidas de bandas amarillas,
se trata de una serpiente coralillo (venenosa). Si tiene las bandas negras seguidas de bandas rojas, se trata de una imitación inofensiva, un falso coralillo.
¡Falso!
Esto es lo que dicen los libros que nos llegan de los Estados Unidos. Pero no es correcto permitir la desinformación de tal manera. Con las escasas especies que existen en Estados Unidos, la regla de las bandas de color es válida, pero para la enorme biodiversidad que caracteriza a México y Centro y Sudamérica, no lo es. Hay catorce especies de verdaderas serpientes coralillo en México, casi cada una con su imitadora. Las coralillos son especies de los géneros Micruroides y Micrurus y las imitadoras pertenecen a otros géneros.
Para empezar, en el norte de México y en Yucatán hay imitadoras que copian perfectamente el diseño de su modelo: negro-amarillo-rojo-amarillo-negro-amarillo-rojo, etcétera. Pero aquí no hay mucho peligro para el observador de la naturaleza o para el curioso que conoce la regla; en general él evita a las especies con negro seguido de amarillo (aunque en algunos casos sean inofensivas).
Cerca de Acapulco, Cuernavaca y toda la selva baja intermedia hay una especie de coralillo, Micrurus laticollaris, que tiene algunas bandas negras seguidas de amarillo pero otras seguidas de rojo. La diferencia mencionada en los libros ya no es tajante. En la región de Los Tuxtlas y en Catemaco, Veracruz, hay coralillos que no tienen bandas amarillas y que a veces tampoco tienen bandas negras, excepto una en la nuca (M. limbatus). En la región del Amazonas, existe una especie que no tiene rojo, sólo bandas negras y blancas (M. langsdorffi) y en Los Tuxtlas, norte de Oaxaca, Chiapas y centro de Guatemala hay una especie que tiene franjas gruesas café anaranjado y franjas angostas blancas y negras (M. elegans). Para mayor información sobre éstas y otras serpientes venenosas, el lector puede consultar el libro de Campbell y Lamar.
Lo más curioso es que cada especie tiene, en la región donde vive, una imitadora casi perfecta. Esto habla de una coevolución continua a través de mimetismo.
Por lo tanto, la coloración no es el elemento confiable para saber si una serpiente de este tipo es venenosa o inofensiva. En general, la franja amarilla de la nuca (cuando existe) es recta en las falsas y en las coralillo es más ancha a los lados que en la línea media del cuerpo. Pero las únicas diferencias confiables son presencia/ausencia de colmillos (no es recomendable comprobarlo), cabeza chata o puntiaguda (chata en Micrurus) y ojos diminutos o de proporción normal (diminutos en Micrurus).
Así que, los que no estén seguros de poder diferenciarlas, manténgase lejos de cualquier sospechoso.
¿Las falsas coralillo en realidad son imitadoras de las coralillo? Se trata en realidad de coloración aposemática (o sea que señala que hay peligro). Las coralillo tienen un veneno tan mortal que difícilmente algún depredador que los atacara pudiera aprender que la coloración tan característica señala peligro. Se han propuesto otras explicaciones, pero aunque todavía no se ha resuelto el problema de la ventaja adaptativa de esta coloración y del mimetismo, la hipótesis mejor apoyada sigue siendo que se trata de coloración aposemática.
Agradezco a Carlos Balderas Valdivia la información que inspiró esta nota.
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Referencias Bibliográficas
Campbell, J. A. & W. W. Lamar, 1989, The Venomous Reptiles of Latin America, Cornell University.
Flores-Villela, O., 1993, Herpetofauna mexicana, Special Publ. No. 17, Carnegie Museum of Natural History, Pittsburgh. Greene, H. W. & R. W. McDiarmid, 1981, Coral Snake Mimicry: does it occur?, Science 213 (4513): 1207-1212. Sánchez, H. O. y F. Eccardi A., ¿Qué haga si me muerde una serpiente, Instituto de Historia Natural, Chiapas. Smith, S. M. & A. M. Mostrom, 1985, Coral snake rings: are they helpful in foraging? Copeia 1985 (2): 384-387. |
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Héctor Gómez de Silva Garza | |||||||||||||
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cómo citar este artículo →
Gómez de Silva Garza, Héctor. 1994. Lo falso de los falsos coralillos. Ciencias, núm. 33, enero-marzo, pp. 76-77. [En línea].
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