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Canto de amor
y de esperanza
al río Papaloapan
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Samuel Aguilera | ||||||||||||||
I
Este coloso doliente que con asombro contemplo
era no hace mucho tiempo de agua clara y transparente
y era común y corriente que hasta el pescador más malo,
dormido arriba de un palo con un anzuelo de a veinte
almorzara diariamente su buen caldo de robalo.
II
Yo vi pasar por las tardes miles de garzas montunas,
miré posarse en las dunas pichichis y patos buzos,
vi pasearse a los guaruzos contoneándose en la orilla,
vi la serpiente amarilla y vi la culebra de agua
y vi pasar la piragua con una flor en la quilla.
III
Vi pasear a las iguanas como pasean las muchachas
y escuché las chachalacas temprano a las carcajadas,
vi las bocas enrejadas del somnoliento lagarto,
miré cantar en el porto a una sirena encantada
y vi la luna guardada en las bodegas de un barco.
IV
Bogando en el horizonte vi el vuelo del zopilote
y miré el chichicuilote en las laderas del monte,
oí cantar al cenzontle parado en un roble viejo,
vi mirarse en el espejo del agua a un viejo venado
y vi el saltito asustado del perseguido conejo.
V
Vi el flamazo anaranjado del vuelo del colibrí
y lo vi por Dios lo vi y vi a Dios enamorado,
yo vi a Dios enamorado de esta tierra prodigiosa,
lo vi en una yegua briosa galopando en la arboleda,
lo vi besar las veredas del río de las mariposas.
A
Hoy carroñas descompuestas enturbian su claridad,
albañales de ciudad vomitan sus aguas muertas
los drenes y las compuertas de esas grandes factorías
arrojan mil porquerías a tu vena agonizante
y tu torrente vibrante se seca al pasar los días.
B
La mirada indiferente de quien te debe la vida
es como sal en herida en tu pecho de gigante,
ni una voz que se levante ninguna mano extendida,
sólo pus infectada sólo mugre y albañal,
sólo el tirano puñal de la ambición desmedida.
C
Y esas aves de rapiña que han saqueado tus entrañas
con gigantescas arañas que emponzoñan tus orillas,
tus barcas verde amarillas ya no las miro bogar
ni escucho el atarrayar de tus bravos pescadores
¿y los pájaros cantores? tampoco quieren cantar.
D
Mis redes tengo colgadas como gorrión disecado,
mis chuzos se han oxidado mis nazas están guardadas,
en las noches estrelladas miro en silencio pal’río
donde el viejo caserío tenía una torre en su iglesia
que se murió de tristeza.
E
Por eso es que lloro al verte queriendo agrandar tu cauce
lloro a tu palma a tu sauce a tu corazón inerte
a la rabia de tenerte muriéndote en mis brazos,
lloro a los tres machetazos del puente que te ha partido
y al sábalo malherido que muere dando aletazos.
Como ven hay dos cantos pero falta un canto,
claro que falta un canto ¡el canto de la esperanza!
pero no lo tengo, si quieren,
si quieren lo escribimos entre todos.
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Samuel Aguilera
Grupo “Cal y Canto” Tuxtepec, Oaxaca, 1997
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