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Fragmentos
de naturaleza en el arte del Japón |
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César Carrillo Trueba |
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La tradición pictórica japonesa ocupa un lugar
destacado en el concierto planetario de culturas. Insertas en la peculiar relación que en ese archipiélago se ha conformado entre lo que denominamos naturaleza y cultura —división que tiene poco sentido allí—, las artes que la componen vivieron épocas de gran florecimiento. La cultura japonesa profesa una inmensa veneración por sitios como ríos, lagos, montañas (de ahí el amor por el Monte Fuji), bosques de difícil acceso, formados por ciertos árboles o por bambúes, y el vasto mar que lo rodea, omnipresente. Si bien en todos ellos se puede encontrar pequeños templos y ermitas, en los imponentes templos de las ciudades –como Kioto y Nara— se recreaba y veneraba igualmente tales lugares. Los jardines, por ejemplo, eran una reconstitución de dichos paisajes —algunos de manera abstracta— que correspondía a las descripciones que de ellos se hacía en la literatura, la poesía, los mitos, en bonsái y arreglos florales, en la pintura. Todas estas formas de dar cuenta de tales lugares, de plantas, animales y paisajes, conformaban una suerte de vasos comunicantes por los que éstas circulaban de un ámbito a otro. Los haikús, por ejemplo, eran concebidos como imágenes y era común que los poetas fueran también pintores.
No obstante, más que representar fielmente un sitio en especial, se trataba de evocarlo mediante los diferentes sentidos, la emoción, la memoria (los sucesos allí acontecidos), los valores éticos en ellos incorporados. En la medida que la distinción entre naturaleza y cultura (las representaciones) no opera en la cultura japonesa, tales evocaciones constituían los lugares mismos, es decir, visitarlos era como haber estado en el lugar aludido; a tal punto que en ocasiones éstos servían como modelo para reconfigurar el sitio sagrado, ya fuera construyendo un lago, levantando una montaña, plantando un bosque. Bien dice el geógrafo francés Augustin Berque que en el Japón la naturaleza se construye, que se crea naturaleza.
Esta equivalencia de lo que llamaríamos representación con el objeto mismo permea la cultura japonesa. Así, en su discurso de recepción del premio Nobel, el escritor Yasunari Kawabata refiere los escritos de Ikenobo Sen’o, un célebre teórico del arreglo floral, un arte propio al Japón: “con un ramo de flores y un poco de agua se evoca la vastedad de ríos y montañas”; así como el consejo de Chin Nung, gran pintor de China, de donde proviene la tradición pictórica japonesa: “pinta bien la rama y escucharás el sonido del viento”. Tal vez en ello radica la fascinación que aún ejerce la pintura japonesa, sin importar el paso de los siglos ni la distancia cultural que puede haber. Son imágenes que todavía hoy evocan un mundo de significados, que sustentan una relación entre humanos y plantas, flores, animales, montañas y paisajes: son fragmentos de naturaleza.
La literatura da cuenta siempre de tales cosas. En un relato que forma parte de los Cuentos de lluvia y luna, escritos en el siglo xviii por Ueda Akinari, un monje que suele frecuentar un lago y comprar a los pescadores las carpas que obtienen con sus redes para luego regresarlas al agua y pintarlas, en un sueño se ve retozando entre aquellos peces, admirando su fulgor bajo los rayos de luz que penetraban en el lago; al despertar se dio a su afición y pintó un cuadro que quien lo miraba no podía más que maravillarse ante tan vívida imagen. Por más que le insistieron, nunca quiso ceder aquella obra; sería vender “los peces que yo mismo he criado”, respondía. Ya viejo, antes de morir fue al lago y depositó el cuadro: “las carpas, separándose del lienzo, comenzaron a nadar libremente en el agua”.
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Referencias bibliográficas
Akinari, Ueda. 1776. Cuentos de lluvia y de luna. Traducción de Kazuya Sakai. Trotta, Madrid. 2010. Berque, Augustin. 1986. Le sauvage et l’artifice. Gallimard, París. Kawabata, Yasunari. 2011. Japan, the Beautiful and Myself. Discurso con motivo de la recepción del premio Nobel de Literatura. |
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César Carrillo Trueba Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México. |
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cómo citar este artículo →
Carrillo Trueba, César. 2016. Fragmentos de naturaleza en el arte del Japón. Ciencias, núm. 120-121, abril-septiembre, pp. 138-141. [En línea].
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