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Ramón Peralta
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¿Es un lugar o una comunidad?, ¿es acaso la historia de quienes
pasaron por ella, o la de quienes están?, ¿son los profesores, los trabajadores y los alumnos? Me parece que es todo lo anterior y muchas cosas más; como los recuerdos y las anécdotas, como los artículos de investigación que se concibieron, desarrollaron y escribieron en ella, como las conferencias que algún visitante dictó y que, como en una epifanía, inspiraron a uno que otro alumno a terminar su carrera, o a seguir con sus estudios de posgrado. También es, por supuesto —y están los datos que lo prueban—, la fuente más importante de científicos en México, en las áreas de actuaría, biología, física y matemáticas; más recientemente, en las ciencias de la computación y el manejo sustentable de zonas costeras, en su sede ubicada en Sisal, Yucatán.
En números cerrados, la Facultad cuenta con 7 000 alumnos distribuidos en 1 300 grupos diferentes, 260 profesores de carrera y 1 500 de asignatura. Anualmente se gradúan 450 alumnos en las cinco licenciaturas ofrecidas en la sede de cu. Cualquier egresado tiene 10 programas de posgrado para escoger en los que participa la Facultad, incluyendo Filosofía de la Ciencia, Cómputo, Materiales y Astronomía. Investigadores de 16 centros e institutos de investigación confluyen en la Facultad, y aportan sus conocimientos, asesoría y experiencia a los alumnos de cada una de las licenciaturas y posgrados. Esto hace a la Facultad única en su género a escala nacional e internacional. Ninguna entidad académica universitaria cuenta con tal riqueza en calidad y variedad de profesores-investigadores. No sorprende que sus egresados puedan acceder al posgrado de cualquier universidad del mundo en condiciones ventajosas, al contar con una sólida formación académica.
Por 50 años, la Facultad ha sido un baluarte del espíritu crítico universitario, y su comunidad ha sido figura central en todos y cada uno de los conflictos de la Universidad. Los egresados han ocupado la dirección de más de una decena de entidades académicas y los más altos puestos de responsabilidad de la unam, de instituciones de educación superior, secretarías y subsecretarías de estado; han recibido las más altas distinciones académicas del país y constituyen casi una cuarta parte de El Colegio Nacional. La población estudiantil ha ido creciendo con el paso del tiempo y sobre todo después de que se trasladó, en 1977, a sus instalaciones actuales. Ahora crece más lentamente ante la presión demográfica, acercándose a un nivel de saturación, a pesar de que en 2003 se concluyó un nuevo edificio de ciencias experimentales, se contrató a más de cincuenta administrativos para su mantenimiento y operación, y un número semejante de académicos, entre técnicos y profesores, que han impulsado ciertas áreas y abierto nuevas perspectivas.
En la siguiente década, la comunidad crecerá un poco más y seguramente, se habrá de reorganizar pese a su resistencia al cambio; habrá más departamentos y carreras, como ciencias de la Tierra y matemáticas aplicadas. Los alumnos tendrán una responsabilidad y exigencia mayores, impuestas por las necesidades y la competencia por los espacios de educación, y un número creciente estará involucrado en estudios a distancia, a través de Internet; en sedes alternas se empezarán a atender los aspectos experimentales de las carreras que así lo requieran. Hoy día, Ciencias es un lugar extraordinario, rico en estímulos intelectuales, en retos académicos y posibilidades de atisbar al universo actualizado de la investigación de frontera; quienes pasan por sus aulas quedan marcados de una manera especial, en tanto que se ven expuestos a la metodología científica, a una forma particular de abordar problemas, de hacer propia la convicción de que el mundo es inteligible y aprovechable, sin menoscabo de la responsabilidad de hacerlo sustentable.
¿Será el mundo un lugar desolado en cien años? No lo sé. Intuyo que la Facultad verá días más afortunados, con una mayor equidad para cada alumno, y que sin perder la capacidad de asombro frente al Universo que se seguirá revelando, le será ofrecida una educación más completa y diversa, amalgamando el arte, la ciencia y las humanidades, permitiendo que su aportación social sea mejor y mayor, llenando más cabalmente los objetivos de la unam, la Universidad pública, gratuita y laica que este país necesita. |
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como citar este artículo → Peralta y Fabi, Ramón. (2009). Pasado, presente y futuro de la Facultad de Ciencias. Ciencias 94, abril-junio, 76-77. [En línea]
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