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Espeleofilatelia |
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José G. Palacios Vargas |
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Para algunos autores (Pas, 1989) la Espeleofilatelia consiste no solamente en la acumulación de timbres postales, con diversos temas referentes a la Espeleología, puestos en un álbum. Para ellos, el simple hecho de coleccionar timbres, convierte a las personas en coleccionistas y no en de especialistas. La Espeleofilatelia considera además la obtención de timbres, tarjetas postales y sobres con motivos espeleológicos, así como el arreglo y el estudio de los mismos. Hasta la fecha, se han realizado mas de 400000 distintos tipos de estampillas postales en todo el mundo. Dentro de esa enorme cantidad, tan solo 771 tienen motivos espeleológicos. Es decir, que solamente el 0.2% de los timbres existentes contienen algún tema de alguna manera relacionado con cuevas. México no ha sobresalido en el ámbito internacional, en el desarrollo de la filatelia con temas espeleológicos ya que únicamente se han impreso dos timbres postales con aspectos claramente espeleológicos, a pesar de la enorme riqueza que tiene el país en cuanto a sus cuevas, grutas, cavernas y su interesante fauna. Nuestro país es uno de los más famosos por sus cuevas; existen mas de 1200 en distintas partes de su territorio y en ellas se han encontrado más de 2100 especies de fauna. Curiosamente existe una mayor cantidad de tarjetas postales con temas espeleológicos, donde se presentan las bellas formaciones de grutas famosas, como las de Cacahuamilpa en Gro., o las Grutas de García en el Estado de Nuevo León. Desafortunadamente estas postales por lo general sólo pueden conseguirse en las grandes ciudades cercanas a aquellas cuevas que tengan importancia turística. Estoy convencido de que la Espeleología es uno de los temas que se podrían desarrollar en la Filatelia mexicana, ya que los tópicos particulares son múltiples: diversas formaciones estalagmíticas, grandes abismos, pinturas rupestres, restos arqueológicos, diversidad de fauna cavernícola (murciélagos, arañas, ácaros, insectos, ciempiés, milpiés, crustáceos), espeleólogos famosos, grandes exploradores de cuevas e, incluso, cuadros de pintores famosos que tengan que ver con este asunto. La clasificación de los temas que se han plasmado en timbres postales en todo el mundo, hasta la fecha, según Lénárt (1989), es la siguiente: 1. Cuevas con elementos ornamentales. A pesar de que México cuenta con varias grutas famosas por sus pinturas rupestres (v. gr. Las Grutas de Juxtlahuaca), no conozco ningún timbre postal mexicano (ni de ningún otro país) que haga referencia a ellas. Ni siquiera existe alguno de los tan conocidos cenotes de Yucatán. Los únicos timbres postales mexicanos que conozco sobre el tema son tres: Monumento Humboldt, las Grutas de García, de la serie “México Turístico” y la Máscara del Dios Murciélago, de la serie “Herencia Recuperada”. Los temas en los que se pueden incluir están marcados con un asterisco. Con referencia al tema 5, cabe destacar la emisión de un timbre que se hizo en marzo de 1960 con motivo de la conmemoración que se llevó a cabo en 1959, del aniversario del fallecimiento del Barón Alexander Von Humboldt. Respecto al timbre de Las Grutas de García, cabe señalar que se imprimió el 19 de octubre de 1987 y que se le puede considerar dentro del tema 1.1, según la clasificación de Lénárt (1989). La máscara del Dios Murciélago, es un tema que fue utilizado en la campaña contra la tuberculosis 1971-1972 con un valor facial de 10 centésimas y en 1979-1980 (las mismas estampillas fueron reutilizadas en la campaña de 1982-1983), con un valor facial de 20 centésimas. Recientemente (28 de noviembre de 1989) el tema fue retomado, con motivo de la recuperación de la joya original robada poco tiempo atrás. Estas estampillas quedan dentro del tema 10, de acuerdo con Lénárt (op cit.). Cabe señalar que el reciente timbre “Máscara del Dios Murciélago”, tiene las siguientes características: los diseñadores fueron M. Meurerhg y R. Mercado, el motivo es la composición fotográfica de dicha máscara; las tintas utilizadas: verde, rojo y negro. Tipo de impresión; huecograbado rotativo. Tamaño 40 3 48 mm. Formato vertical. El tiraje fue de un millón, para servicio aéreo y superficie. Valor facial 450 pesos. La mascara que da pie a este timbre, representa la deidad del inframundo y de las cuevas; es una pieza arqueológica compuesta por 32 segmentos de mosaicos de jade, con incrustaciones de concha en los ojos y los colmillos; proviene de la cultura zapoteca, época Protoclásica (200-300 a.C.) y mide 28 cms. de alto por 17.2 de ancho. Fue localizada en las excavaciones arqueológicas de Monte Albán, Oaxaca, en un altar de la plaza central, denominado Adoratorio del Montículo H.
“Te declaramos nuestro odio, magnífica ciudad” Las ciudades siempre han despertado más encontrados sentimientos. En la edad media, las ciudades burguesas fueron uno de los blancos predilectos del clero que habitaba los monasterios. Condenaban y desaprobaban el tipo de vida que se llevaba en ellas y prevenían a sus fieles del peligro de la posible perdición de sus almas si sucumbían a la muy frecuente tentación de abandonar su terruño. Desde entonces las ciudades han sido los “lugares de perdición” por excelencia, para las sanas y saludables almas del campo. La ciudad de México es más que representativa en cuanto a la ambivalencia que provoca. Asfixiante, cruel, inabarcable, violenta, deshuesadero de ilusiones que nos arranca una declaración de odio en cada resoplo, en cada esfuerzo que nos impone, en cada descarga de adrenalina. Pero, así y todo, con la misma facilidad que la detestamos, le declaramos nuestro profundo amor: ciudad intensa, lúdica e impredecible. No importa que cambiemos de parecer en la siguiente cuadra o al tomar el metro. Producto de un mal desarrollo del campo, de la inexistencia de cualquier planeación urbana, de un excesivo centralismo y demás taras políticas, económicas e históricas, la ciudad de México sigue atrayendo a miles de personas de todo el país, que llegan en busca de algo, y, lo encuentren o no, casi siempre terminan por quedarse. La maraña de intereses que se ha formado a lo largo de su historia está asfixiando a la ciudad. Industriales que no quieren mejorar sus instalaciones y menos aún trasladadas, mafias en el transporte público, corrupción de funcionarios y policías, gobiernos cuya demagogia se desparrama sobre un par de acciones ineficientes, etc. Esta maraña pues, de no ser cortada de tajo, terminará por convertir a la ciudad de México en un lugar inhabitable. La catástrofe ecológica no es una invención apocalíptica. Para quienes deseamos seguir viviendo aquí, el deterioro ambiental constituye uno de los problemas fundamentales a resolver. Para ello es necesario que se nos proporcione información veraz de la magnitud que ha alcanzado la contaminación del aire que respiramos, de la misma forma que urge exigir al gobierno planee y lleve a cabo las acciones eficaces que realmente solucionen este problema. Ítalo Calvino dice que las ciudades se pueden dividir en dos especies: “las que a través de las años y las mutaciones siguen dando forma a los deseos y aquellas en las que los deseos o bien logran borrar a la ciudad o son borrados por ella”. ¿Hacia donde irá nuestra querida y odiado ciudad de México? EFRAÍN HUERTA |
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Referencias Bibliográficas Lénárt, L., 1989. Types of Postage-Stamps and Picture-Postcards containing cave motives. Proceedings of the International Congress of Speleology, 10, Tomo I:312-315. |
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José G. Palacios-Vargas Departamento de Biología, Facultad de Ciencias, UNAM.
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