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Sociología relacional y desigualdad social, algunas reflexiones para su discusión |
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Diosey Ramón Lugo Morin |
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La desigualdad social es un fenómeno que ha sido
analizado en toda su extensión; algunos estudios lo abordan desde el binomio igualdad-desigualdad, otros desde inclusión-exclusión, como señala Herzog. Por otra parte, reflexiones recientes ven apropiado dejarle de llamar desigualdad y denominarlo vulnerabilidad social o frontera, como sugiere Luhmann. Esta dinámica, que emerge alrededor del fenómeno, es parte del debate actual que se ha profundizado con la crisis sistémica del modelo capitalista iniciada en septiembre de 2008. El presente análisis está orientado a abordar el tema desde una perspectiva no convencional con la idea de entender su lógica en la sociedad contemporánea y proporcionar los elementos que permitan el diseño de buenas políticas públicas.
Un contexto relacional
El debate sobre los orígenes, desarrollo y naturaleza del fenómeno que denominamos desigualdad social tiene una larga tradición en el pensamiento social, y se puede visualizar con claridad en la obra de dos clásicos, Hobbes y Rousseau, autores que han constituido una fuente de inspiración para las tradiciones liberales y socialistas o radicales respectivamente, de cuyas posiciones se derivan las respuestas que se ensayan. Dicho debate ha girado en torno a tres grandes núcleos temáticos: el primero se encuentra relacionado con la génesis misma de las desigualdades sociales; el segundo está vinculado a la relación entre individuo y sociedad; y el tercero se halla incrustado en sus elementos prospectivos. Tales vertientes analíticas abren un mundo de posibilidades para este fenómeno, en el cual el análisis sociológico relacional se perfila como idóneo.
De acuerdo con Donati, la articulación del capitalismo con las fuerzas locales, sus relaciones y contradicciones, es lo que crea su especificidad y la necesidad de un análisis de las estructuras particulares, de un enfoque que trascienda lo que se considera análisis estructural. En esta misma lógica, Dahrendorf debate sobre la estructura social y el individuo, sosteniendo que la estructura social no aplasta al individuo, aunque éste tampoco está totalmente libre de constricciones y condicionamientos sociales a la hora de efectuar sus elecciones. Se trata de un actor social que está imbricado en un entramado social, y es precisamente tal imbricación lo que define las oportunidades que éste tiene para el logro de niveles de desarrollo personal y cuyo principal atributo son las “ligaduras sociales”, a saber las redes sociales que establece el actor social con su entorno.
En esta lógica, es válido considerar que la desigualdad social es parte de una dinámica constante de cambios sociales, como lo muestra la de los territorios y sus actores. Estos cambios detonan el accionar individual y colectivo de los actores sociales animando procesos multirrelacionales (negociación, cooperación, subordinación y conflicto). Lo anterior nos ubica en un sistema social altamente recursivo, en el cual los colectivos y los individuos son multirrelacionales y la dinámica reticular es la base interactiva con sus pares.
Para abordar esta realidad es necesario el uso de nuevas herramientas analíticas que permitan actuar y pensar en términos relacionales, y entre ellas se destaca la sociología relacional.
De acuerdo con Donati, el que un individuo viva bien o no va a depender de sus bienes relacionales. Desde el punto de vista de la teoría relacional de la sociedad, como lo explica este autor, vemos sujetos que enfrentan la necesidad de conferir una normatividad a las relaciones sociales que sea adecuada para lograr con éxito la promesa de una buena vida. Las interacciones de los agentes sociales pueden producir una cohesión social que respete los derechos de las personas, algo necesario entre los individuos relacionales. Las personas crean cohesión social en la medida que actúan como individuos que reflexionan sobre las relaciones sociales y, sin necesariamente compartir los mismos gustos y opiniones, no obstante pueden construir una “relación de nosotros”.
Esto implica entender el significado y las implicaciones prácticas de cómo se constituye un individuo relacional, si es una sola persona o un conjunto de personas que actúan como una entidad colectiva o como una red social.
El paradigma relacional argumenta que existe una salida, pero es necesario escapar de las paradojas de la modernidad mediante un proceso de avance cultural. Para resolver el mensaje paradójico de la modernidad se debe mirar el enigma de la relación social y su posible gestión, el cual sostiene, como parte de las estructuras sociales y culturales, la norma de que los individuos deben realizarse a sí mismos haciéndose independientes de todo vínculo social. De este mandato sistémico deriva un claro engaño que consiste en atribuir a los individuos solitarios responsabilidades de todo lo que les sucede en la vida, y de esto deriva el sentido represivo de lo humano y lo social en la sociedad actual.
Conclusión
En teoría atribuimos la desigualdad social al modo de producción capitalista pero la perspectiva relacional argumenta que existen otros elementos a considerar en el análisis de la pobreza y sus causas, uno de los cuales, un elementos clave, es el vínculo social. Un individuo con una mínima reserva relacional puede crear espacios de posibilidades orientadas a detonar su entorno económico y social.
Esta manera de ver la desigualdad social, la cual es poco convencional, no pretende ser la base teórica prospectiva para mitigar este flagelo de la sociedad contemporánea; por el contrario, persigue identificar los elementos esenciales que permitan, a quienes elaboran las políticas públicas, diseñar e instrumentar políticas efectivas en el ámbito de la modernidad actual.
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Referencias bibliográficas
Dahrendorf, R. 1983. Oportunidades vitales: notas para una teoría social y política. Espasa-Calpe, Madrid. Donati, P. 1993. “Pensamiento sociológico y cambio social: hacia una teoría relacional”, en Revista Española de Investigaciones Sociológicas, núm. 63, pp. 29-51. _______. 2017. “The good life as a sharing of relational good”, en Relational Social Work, vol.1, núm. 2, pp. 5-25. Herzog, B. 2011. “Exclusión discursiva: hacia un nuevo concepto de la exclusión social”, en Revista Internacional de Sociologia, vol. 69, núm. 3, pp. 607-626. Mora Salas, Minor. 2007. “Desigualdad social: ¿nuevos enfoques, viejos dilemas?”, en Desigualdad social en América Latina: viejos problemas, nuevos debates, Mora Salas, Minor, Juan Pablo Pérez y Fernando Cortez (coords.), Costa Rica. Pp. 9-44. |
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Diosey Ramón Lugo Morin Universidad Intercultural del Estado de Puebla. |
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cómo citar este artículo
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