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Illustrated Dictionary
of Mycology
(Second Edition)
Miguel Ulloa
 y Richard T. Hanlin
The American Phytopathological
Society Press, Minesota,
2012, 782 p.
   
   
     
                     
Una larga historia de trabajo académico va del Diccionario
ilustrado de micología de Miguel Ulloa, publicado en 1991, al recientemente aparecido Illustrated Dictionary of Mycology, escrito por el mismo autor en colaboración con Richard T. Hanlin.

El primer libro de micología a color, escrito en español, con un índice-glosario de 543 términos micológicos analizados etimológicamente, que contiene algunos términos ilustrados pero con las imágenes repartidas a todo lo largo del texto fue El Reino de los Hongos, publicado por Teófilo Herrera y Miguel Ulloa en 1990. En 1994 los mismos autores publicaron Etimología e iconografía de géneros de hongos, obra que analiza el verdadero significado de los 807 géneros que trata El Reino de los hongos, con la intención de que las dos obras se complementaran. Su principal aporte fue reunir la etimología comentada de cada nombre genérico, incluyendo el autor o autores del mismo, la cita bibliográfica original correspondiente a la descripción del género, las raíces griegas o latinas de las que haya derivado el nombre del género (en la mayoría de los casos ambas o, excepcionalmente, de otro lenguaje) y un breve comentario acerca de la etimología o verdadero significado del nombre, ya que puede estar relacionado con alguna característica biológica del organismo, sea morfológica, fisiológica o ecológica, con su modo de vida, su hábitat o alguna otra peculiaridad que lo distinga.

Algunos nombres genéricos están dedicados a una persona o derivan del lugar de procedencia del hongo descrito; además, se incluyen ciertos datos descriptivos o sobre otros aspectos de la biología en la diagnosis de cada género. La obra tiene las ilustraciones en blanco y negro (fotografías y dibujos) de todos los géneros.

En 2000, Miguel Ulloa y Richard T. Hanlin publicaron el Illustrated Dictionary of Mycology (aps press), y en febrero de 2006 salió publicado el Nuevo diccionario ilustrado de micología, de 672 páginas, con el análisis de casi 5 000 términos técnicos y 1 766 ilustraciones en blanco y negro. El primero, al igual que la edicion en español de 1991, tiene el equivalente inglés en cada término más un vocabulario españolinglés extenso y una lista de 1 100 especies fúngicas ilustradas con fotografías y dibujos.

Enseguida se buscó elaborar un nuevo diccionario actualizado y ampliado en su texto, que se llamaría como el anterior, Illustrated Dictionary of Mycology Second Edition. Con el fin de ayudar a los usuarios de este diccionario se ubicaron los taxa de hongos utilizando el esquema de la clasificación de Alexopoulos y colaboradores publicado en 1996 en un libro de texto empleado en la enseñanza de la micología, pero tal y como fue modificado por Miguel Ulloa y Richard T. Hanlin en su obra anterior, usando los referentes de Hawksworth y colaboradores de 1999 y de Kirk y colaboradores de 2001.

En el proceso de escritura aparecieron dos nuevos libros micológicos que tuvieron una fuerte influencia en la sistemática de los hongos: Fungal Families of the World, de Cannon y Kirk (2007), que es un compañero visual del diccionario de los hongos, y la décima edición del Dictionary of the Fungi, de Kirk y colaboradores (2008). Ambas tienen como base las nuevas investigaciones sobre la estructura y la ultraestructura de los hongos, además de los caracteres moleculares a partir de los cuales se considera que los previos sistemas de clasificación son obsoletos (incluyendo el esquema de Alexopoulos y colaboradores modificado por Ulloa y Hanlin). Dichas obras contenían varios grupos en una clasificación artificial con sus especies arregladas en taxa no naturales y heterogéneos como, por ejemplo, los Blastomycetes, Hyphomycetes, Coelomycetes (Deuteromycetes), Plectomycetes, Pyrenomycetes, Discomycetes, Loculoascomycetes (Ascomycota), Hymenomycetes y Gasteromycetes (Basidiomycota).

Tomando todo esto en cuenta, y para que la clasificación de los hongos estuviera más actualizada, Ulloa y Hanlin elaboraron más de cincuenta entradas nuevas, así como varias correcciones taxonómicas que tuvieran que ver con los nombres de los taxa fúngicos y con los microorganismos parecidos a los hongos que sufrieron cambios en su posición, integrando los nombres para presentar sus etimologías, sus definiciones y los usos en micología.

Pueden verse así los principales cambios en órdenes, clases y phyla de tres reinos: Fungi, Stramenopila y Protista, que mudaron a Chromista y Protozoa con los concurrentes cambios de los nombres de los taxa. En Protozoa los nombres de los taxa tienen las terminaciones usadas en la taxonomía zoológica, por ejemplo, Acrasida (Acrasiales), Protostelida (Protosteliales) y Physarida (Physarales).

El Illustrated Dictionary of Mycology, Second Edition está más y mejor ilustrado, con 2 708 imágenes a color de términos técnicos —que es el mismo número de los nombres científicos de hongos de la lista que contiene el libro—, de las cuales 2 036 son fotografías (909 de Ulloa y 237 de Hanlin) y 672 dibujos, todos hechos por el primero.

Muchos de los conceptos y de las ilustraciones incorporadas en el libro derivaron de variados proyectos en la ciencia micológica, por lo que representa más de cuatro décadas de enseñanza e investigación de ambos autores. Si bien en el periodo de 1991 a 2011 éstos se dedicaron a realizar otras actividades de enseñanza e investigación, el plan de hacer un diccionario de esta naturaleza no dejó de ser lo más importante desde el punto de vista académico.

Los nombres de los términos seguidos por un asterisco representan las nuevas ilustraciones (1 001), en comparación con su edición en español de 2006. Esta segunda edición tiene, por lo tanto, 1 386 ilustraciones adicionales, más del doble en comparación con la primera edición en inglés, que tiene 1 322 en blanco y negro. Este aporte visual resultó muy importante porque todas las imágenes se vivificaron.

El Appendix, que tiene un cuadro comparativo de los sistemas de clasificación de los hongos, tomó en cuenta que el propósito general del diccionario no es taxonómico. Con fines didácticos se hizo una comparación, hasta el nivel de orden, entre los sistemas de clasificación de los hongos (reino Fungi) y de los microorganismos parecidos a hongos (reinos Chromista y Protozoa) y el sistema de Kirk y colaboradores, la cual no está completamente actualizada debido a los frecuentes cambios taxonómicos que ocurren en la sistemática de los hongos, basados principalmente en caracteres moleculares; aun así puede ser útil para ubicar los taxa incluidos en el nuevo libro. La meta en micología es llegar a una clasificación filogenética de los hongos, tal y como se está haciendo en otras especialidades de las ciencias biológicas.

Con 782 páginas y 83 referencias bibliográficas que abarcan diccionarios y otros libros de consulta, así como libros de texto y artículos de investigación, el diccionario es un tratado de referencia del inmenso mundo macro y microscópico de los hongos. Prepararlo y editarlo llevó alrededor de seis años de trabajo, y se puede decir que es más que un diccionario de hongos, ya que tiene una riqueza enorme en el cuerpo de las ilustraciones que complementan las definiciones de los términos. Su finalidad es que sea útil para micólogos, fitopatólogos, microbiólogos, médicos y biotecnólogos, al igual que para investigadores, profesores y estudiantes de nivel superior de cualquier área.

Con los adelantos tecnológicos que estamos viviendo, y por los requisitos que exigen las editoriales modernas, la elaboración y publicación de un nuevo libro como éste es una tarea grande y complicada, que consume mucho tiempo por las tantas dificultades que ello entraña e implicó un esfuerzo de ambos autores y también, parcialmente, de los editores de la misma. En este sentido es importante mencionar la valiosa ayuda de Samuel Aguilar, quien tiene la experiencia y las aptitudes necesarias para este trabajo técnico, los cambios necesarios para las varias formaciones de todo el libro, al igual que la ayuda de Elvira Aguirre Acosta.

Al apreciar los frutos obtenidos, los autores se sienten orgullosos por el alto nivel alcanzado con la publicación de esta obra. Nuestra mayor satisfacción es que la parte del texto esté indisolublemente ligada con el cuerpo de las ilustraciones (palabra-imagen), que es la dualidad del lenguaje científico, ya que cada entrada y cada imagen tienen una historia que contar. En suma, fue una experiencia sobresaliente, grande y ardua, que requirió un trabajo particularmente minucioso y lleno de numerosos detalles exigidos por la preparación del texto y las imágenes.
  articulos
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Miguel Ulloa
Instituto de Biología,
Universidad Nacional Autónoma de México.
     
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como citar este artículo
Ulloa, Miguel y Richard T. Hanlin.  (2013). lllustrated Dictonary of Mycology Second Edition. Ciencias 107-108, julio 2012-febrero 2013, 146-147. [En línea]
     
     

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