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Nota de los editores
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La formación de una estrella en el universo y su destrucción
son cosas verdaderamente maravillosas que tal vez nunca tengamos oportunidad de admirar; no obstante, gracias a la ciencia podemos saber cómo ocurren estos fenómenos, cuáles son sus características y cuál es su desarrollo.
Un caso del “nacimiento de una estrella” es el fenómeno llamado Nova, y se debe a un agrupamiento de gases en el espacio exterior. Su formación es el resultado de un proceso evolutivo que tarda miles, y a veces millones de años. Estos gases realizan un movimiento circular en el que se combinan los diferentes elementos de los que se componen, provocando múltiples reacciones atómicas de gran magnitud, hasta que llega el momento en que los gases son tan densos y se atraen con gran fuerza que se forma un núcleo que emite una fuerte cantidad de energía. A esta conformación estelar los científicos le han dado el nombre de Nova. La actividad de estas estrellas dura millones de años y la energía que emiten es causada por las reacciones atómicas provocadas en la superficie estelar. Al llegar la actividad atómica y al núcleo, éste se sobreexcita a tal grado que se produce una explosión de enormes proporciones, lanzando fragmentos de materia a velocidad de miles de km/seg, liberando gases en todas direcciones, y creando, en lo que fuera el centro de la estrella, un vacío completo ya que la explosión barre con todo tipo de gases y materiales que se encuentren alrededor de la estrella. A esta súbita liberación de energía provocada por la explosión del núcleo estelar se le conoce como Supernova. A los fragmentos y gases expulsados al espacio, debido al fenómeno de la Supernova, se les llama remanentes y son el principio de otras nuevas estrellas. Asimismo, esos gases y los fenómenos nucleosintético, que transmutan el hidrógeno y el helio en elementos como carbón y fierro, forjaron las substancias químicas necesarias para la aparición de la vida. En otras palabras, con su muerte, las viejas estrellas, hicieron posible la vida de las siguientes generaciones. |
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cómo citar este artículo →
Nota de los editores 1982. “Evolución estelar”. Ciencias núm. 2, julio-agosto, p. 54. [En línea]
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