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Valéria Mara da Silva y Rodrigo Osório Pereira
     
               
               
Charles Robert Darwin, en la introducción que escribió en
1859 para El origen de las especies, se refiere a los momentos finales de su trabajo y aclara haberlo escrito a pedido de algunas personas. Aunque creía que aún serían necesarios dos o tres años para finalizar su teoría, dos motivos se imponían en dicho contexto para que la obra saliera a la luz: su estado de salud y el contacto con el naturalista Alfred Russel Wallace, que “obtuvo conclusiones generales sobre el origen de las especies casi idénticas a las mías”.
 
El pasaje relatado resume el momento retratado en la película Creación, de 2009, dirigida por Jon Amiel y basada en el libro Annie’s Box de Randal Keynes, tataranieto de Darwin. La “historia de cómo fue escrito” El origen de las especies muestra a un naturalista enfermo, atormentado por la muerte de su hija Annie de diez años, confrontado por sus amigos e interlocutores, el botánico Joseph Dalton Hooker y el biólogo Thomas Henry Huxley, además de sus conflictos con la religión, principalmente con su esposa Emma, que aumentaban y afectaban las relaciones personales y familiares.

Para el Darwin presentado al principio de la película la Iglesia era “un tipo improbable de barco”, que tornaba compacta a la sociedad. Sin embargo, a sus colegas les parecía que los estudios realizados por el naturalista llevaban a conclusiones opuestas, ya que cualquier argumento teológico se desvanecía frente a la observación de que las especies perdían “aquellas partes que no eran más necesarias”. Para el contundente Thomas Huxley, el libro de Darwin podría confirmar un rasgo evolutivo mayor todavía, es decir, la pérdida de la “creencia en un redundante todopoderoso”.


Para los miembros de la Linnean Society la publicación del libro de Darwin daría reconocimiento a la profesión científica. Se creía que, después de editada, la obra se convertiría en un punto de convergencia para las personas interesadas en la observación de la naturaleza y, al mismo tiempo, permitiría distanciar a los profesionales de “pastores y coleccionistas de escarabajos”. Así, El origen de las especies se convirtió en un instrumento decisivo en el proceso de separación entre los científicos aficionados y los profesionales en la Inglaterra del siglo XIX.


Sin embargo, los años de investigación que pasó Darwin, abreviados en el comentario inocente y al mismo tiempo desafiador de Annie —es “solamente una teoría”—, modificaron antes que nada al mismo naturalista, sus convicciones, su fe y su naturaleza…

La ciencia, la subjetividad y el naturalista

Tradicionalmente, la ciencia es retratada en el cine a partir de elementos que denotan objetividad. A menudo los científicos son descritos como profesionales que tratan con procedimientos, técnicas y métodos que nada tienen que con su vida personal. Es una lectura que lleva implícita la idea de que la ciencia es una entidad que posee una dinámica propia y autónoma en relación con la sociedad. En este sentido, el papel del científico sería, a partir de los procedimientos y aparatos específicos de cada campo del conocimiento, develar los misterios y principios que constituyen nuestro universo para conseguir, a partir del conocimiento extraído, dominar el mundo natural. La subjetividad de cada científico alteraría poco la producción del conocimiento y sus resultados, ya que entre la subjetividad humana y la objetividad científica existiría una gran barrera.


A diferencia de esto, en Creación la vida y obra del naturalista británico Charles Darwin (Paul Bettany) se presentan como una amalgama, de tal forma que sus miedos y temores personales inciden nítidamente en el término de su libro. La trama de la película se centra en el periodo que va de 1840 a 1859, cuando Darwin ya había regresado de su viaje alrededor del mundo a bordo del Beagle y entra en la fase de preparación de lo que será su famosa tesis sobre la evolución de las especies. El escenario es la tranquila propiedad de campo en las afueras de Londres, Down House, donde vive la familia Darwin desde 1842.


En 1851 el naturalista sufre mucho por la muerte prematura, probablemente por tuberculosis, de la pequeña Annie (Martha West), uno de los diez hijos que tuvo con su esposa Emma (Jennifer Connelly), lo cual influye en el resultado de un proceso en marcha durante su trabajo: Darwin pierde completamente la fe. La consecuencia de su incredulidad es un duro golpe a su casamiento, ya que Emma era una mujer muy religiosa, seguidora de la fe anglicana.


¿Cuáles son las relaciones que podemos establecer entre la ciencia producida y la subjetividad de quien la produce? En primer lugar, hay que destacar que desde el siglo XVIII, en la constitución de la historia natural como saber científico está la cristalización de un método de trabajo que distingue el mundo natural de lo que se pensó, conoció y produjo sobre él, es decir, de sus representaciones.


En esa tradición, Darwin describe, clasifica y observa las características de las plantas, animales y minerales, componiendo un inventario general de todos los elementos de la naturaleza recogidos en los rincones más remotos del planeta. El naturalista imaginaba que estaba revelando al mundo un principio hasta entonces “oculto” a nuestros ojos: la selección natural de las especies. Darwin entiende la ciencia de manera objetiva, y por eso se opone al fijismo, como lo escribió en se texto Noticia histórica con respecto de los progresos en la opinión sobre el origen de las especies: “hasta hace muy poco, la mayoría de los naturalistas pensaban que las especies eran producciones inmutables creadas separadamente. Muchos sabios defendieron hábilmente esta hipótesis. Otros, en cambio, admitieron que las especies provenían de formas preexistentes a través de la generación regular”.


Podemos preguntar así, ¿qué hubiera pasado con El origen de las Especies si Darwin no hubiera perdido su fe en Dios o si su hija Annie no hubiera muerto después de la promesa de devoción a dios? En segundo lugar, la tensión religiosa en ese momento en Inglaterra fue tan intensa que el propio Darwin pasó más de veinte años desarrollando sus investigaciones sobre la selección natural en sigilo. Sólo sus amigos mencionados seguían sus investigaciones con el objeto de presentarlas de forma definitiva en la Linnean Society.


En la escena de la película donde Darwin, su familia, Hooker y el reverendo John Innes participan en un picnic, este último se refiere a una naturaleza pacífica y equilibrada de acuerdo con los designios divinos, y Hooker hace mención a un autor, sin decir el nombre, quien afirma que la naturaleza es un “campo de batalla”, o sea el propio Darwin.

Ciencia vs. religión

Así, uno de los aportes importantes de esta película es el mostrar que no es posible desvincular la carga de subjetividad de los productores de conocimiento y su resultado final en el proceso de investigación. El contexto subyacente es la relación entre la ciencia y la religión, como queda claro en el diálogo sostenido por Darwin y Huxley: “evidentemente, lo que es verdadero para una especie, es verdadero para todas las criaturas, incluso los seres humanos. El "Todopoderoso" ya no puede argumentar haber creado cada especie en menos de una semana. Usted mató a dios, señor. Usted mató a dios, señor […] Es el momento de escribir su libro. Ataque firme y rápido como un golpe absolutamente conclusivo”.


La película muestra que, en la Inglaterra del siglo XIX, las tesis evolucionistas aparecieron como un duro golpe a los puntos de vista tradicionales de la cosmología cristiana, lo cual es muy bien explotado en la trama. Pero, a la luz de los recientes debates sobre la relación entre ciencia y religión, que muestran que estos dos campos no son necesariamente antagónicos, ¿cómo podemos situar esta película? Según lo sugerido por Eduardo Cruz, hay una tendencia entre los científicos y filósofos de la ciencia en ser “conciliadores” con la religión, en la medida en que se esfuerzan para trabar “puntos de contacto” y marcar las “disonancias cognitivas”. Así, el dualismo simplista entre la formalidad factual y positiva de las ciencias naturales y el peso ideológico (moral) de las tradiciones religiosas se convierte, como en la película, en una perspectiva limitante. Como lo señala el autor: “en primer lugar, debemos poner en duda el aspecto simplemente ‘factual’ de las ciencias naturales y el aspecto meramente ‘significante’ de las religiones. Ahora, la biología, al igual que las otras ciencias, es una ‘ciencia humana’. En otras palabras, no está sujeta a una formalización completa, lo que refleja siempre algo de la finitud y de las estructuras cognitivas del ser humano. Entonces, ella trabaja con teorías y modelos que reflejan nuestra capacidad imaginativa y de simbolización. Por otro lado, todas las religiones históricas se atribuyen un aspecto gnoseológico: moral y sentido, sí, pero también conocimiento de la realidad, por más simbólico que pueda ser. Modelos, metáforas y analogías, por lo tanto, están en constante ebullición en la frontera fluida que separa ciencia y religión”.


Esta frontera fluida puede abarcar también, más allá de puntos de contacto, medidas conciliatorias entre los campos. Esto es lo que sugieren las anotaciones de Gould, cuando afirma que “ciencia y religión deberían unirse en una gran familia feliz […] en la que los hechos de la ciencia refuercen y validen los preceptos de la religión y en la que Dios muestre su mano (y su mente) en los procesos de la naturaleza”. Así, la atmósfera de conflicto en que nace el poderoso argumento de Darwin es ubicada en la película en el contexto en que los personajes vivieron, es historicizada. Opinamos que la perspectiva de combate entre ciencia y religión se valora en la narrativa, ya que en el centro de esa tensión está el duro golpe asestado al ego de la humanidad. Según los preceptos establecidos por la tradición judeocristiana, la humanidad fue creada a imagen y semejanza de Dios, mientras que en la lectura ofrecida por Darwin sobre el origen de las especies el hombre ocupa un lugar “desfavorecido”.


El destronamiento del ser humano como la creación más perfecta de dios fue una de las principales consecuencias de la teoría de la evolución y, en la película, le crea un peso a Darwin que, a medida que pierde su fe, se hace más leve, como lo ilustra uno de los diálogos más profundos que tiene con su esposa: “Emma: ¿Realmente te importa tan poco tu alma inmortal? Charles, no te importa que quizás nunca pases por las puertas del cielo y que así tú y yo estemos separados para toda la eternidad?/ Darwin: Bueno, por supuesto que me importa. Claro que sí. ¿Por qué crees que me he mantenido en el limbo durante todos estos años? Soy una abeja obrera. Soy un científico y no me atrevo a estudiar por miedo de ver más claramente lo que ya está claro como el día para mí. ¿No te parece que ya es una tortura suficiente? / Emma: Creo que estás en guerra con dios, Charles. Los dos sabemos que es una batalla que no puedes ganar”.


Así, Creación es un excelente material para pensar sobre la inextricable relación, dentro del proceso de producción científica, de la carga de subjetividad de los científicos, pero también presenta de forma muy interesante la relación profunda, y al mismo tiempo inestable, entre ciencia y religión, y puede conducirnos a interesantes análisis en lo que se refiere a algunos de sus personajes.


Corazones no se parten, tontito…

En una de las varias conversaciones que Darwin tiene con su hija Annie, ella trata de convencerlo de que sus conclusiones son “sólo una teoría.” Para justificar sus temores, él se refiere al impacto que sus ideas tendrían en Emma cuyo corazón se “partiría”. Alegre, ella dice que su padre le ha dicho que los corazones no se parten… Suave y equilibrada, desafiadora y curiosa, su relación y su evidente predilección por la niña se manifestaban de varias maneras. Hasta que su corazón se puso a prueba…


Después de la muerte de su hija, Darwin trata de establecer un mecanismo de autoprotección frente a la dura realidad. El naturalista se sumerge en una realidad fantasiosa, donde Annie lo acompaña constantemente, por lo que el personaje se presenta en dos momentos distintos en la película: en el desarrollo lineal de la trama aparece junto con la familia y otros personajes que interactúan con su padre, mientras en el segundo es fruto de los recuerdos o de los delirios de Darwin, una proyección de la mente del naturalista, en la cual aparece con características de comportamiento idénticas a las suyas.


La construcción del personaje de Annie se basó en una serie de documentos personales de la familia y, suponemos, especialmente en un memorial escrito por Darwin después de la muerte de su hija, el 30 de abril de 1851. Preocupado por recordar nítidamente todas las características de la hija, el naturalista se refirió a su “alegría ajustada por su sensibilidad”, que según él se hizo evidente muy temprano en su personalidad. Cuando era todavía un bebé, el padre había visto un apego a las caricias observando su relación con la madre. Sus anotaciones sobre el comportamiento de los hijos resultaron en el artículo A Biographical Sketch of an Infant, de 1877. Se refiere también al daguerrotipo de su hija, incapaz de captar por completo su expresión, a sus piruetas en la arena, a la cordialidad con su hermana menor, Elizabeth. Pero es, sobre todo, cuando habla de las habilidades de Annie que vislumbra rasgos proactivos, como la observación y la curiosidad: “ella tenía una costumbre singular que, creo, en última instancia se convirtió en una búsqueda, a saber un gran placer en mirar las palabras o nombres en los diccionarios, directorios, índices y, en este último caso, descubrir los lugares en el mapa; tenía también un raro interés en comparar palabra por palabra de dos ediciones del mismo libro”.


La escena más representativa de la relación padre-hija es en la que Annie protege a su hermana Elizabeth en el episodio cuando un zorro ataca a un conejo. En aquél momento se admira de que la hija hubiera asimilado sus enseñanzas, pues ella hace referencia a elementos de su teoría. Pero, ¿cuál es el límite entre la Annie real y la proyectada por Darwin? En la medida que no hay una respuesta satisfactoria, podemos especular sobre el impacto originado por su muerte. Darwin y Emma buscaron refugios distintos: la ciencia y la religión, respectivamente.


Para el primero, que decía haber permanecido en el limbo durante años hasta que asumió su teoría, la muerte de su hija representó otro tipo de frontera, con el cual no estaba habituado. En una carta para Emma escribió: “la pérdida de la fe religiosa es un proceso lento y frágil como la formación de los continentes”. La analogía entre los procesos geológicos y la fe era una forma conveniente y sensible para un naturalista de decir que los movimientos de su vida estaban definitivamente marcados por su visión sobre las especies y la naturaleza.

     
 
 
 
 
 
Creación: la película Darwin
 
 
 
creation poster
Título original: Creation
Dirección: Jon Amiel
Guión: John Collee, basado en el libro Annie’s Box de Randal Keynes
Reparto: Paul Bettany, Jennifer Connelly, Jeremy Northam, Martha West, Toby Jones, Benedict Cumberbatch, el orangután Jenny
Fotografía: Jess Hall

Música: Christopher Young
Producción: Jeremy Thomas
Género: drama
País y año: Gran Bretaña, 2009
Duración: 108 minutos.
 
Sinopsis: Charles Darwin revolucionó toda la historia de la humanidad con su extraordinaria obra El origen de las especies. Sus ideas chocaron a todos, también en su familia, especialmente a su esposa Emma; fue allí donde encontró los mayores desafíos para su teoría. Darwin vivió un dilema entre fe y razón, amor y verdad.
 
 
 
 
     
Referencias bibliográficas
 
Celeri, Eloisa H., Antonio C. Jacintho y Paulo Dalgalaarrondo. 2010. “Charles Darwin: um observador do desenvolvimento humano”, en Rev. latinoam. psicopatol. fundam. [online], vol. 13, núm. 4, pp. 558-576.
Cruz, E. R. 2001. “Ser ou não ser Consiliente: eis a questão. História, Ciências, Saúde”, en Manguinhos, vol. viii, núm. 3, pp. 727-737.
Darwin, Charles. 1859. A Origem das Espécies. Editora Martin Claret, São Paulo, 2004.
“Notícia histórica com respeito aos progressos da opinião relativa à origem das espécies”, disponível em http://ecologia.ib.usp.br/ffa/arquivos/abril/dar
win1.pdf (acceso el 4 de agosto de 2011).
Carta a Charles Lyell. Darwin correspondence database, http://darwinproject.ac.uk/entry2285 (acceso el 15 de agosto de 2011).
Gould, S. J. 1999. Rocks of ages: science and religion in the fullness of life. Ballantine Pub. Group, Nueva York.
Souza, D. “Um passado em comum”, en www.invivo.fiocruz.br (acceso el 15 de julio de 2011).
The death of Anne Elizabeth Darwin”, en www.darwin
project.ac.uk/deathofannedarwin (acceso el 6 de agosto de 2011).
Wikipedia, Varias entradas relacionadas con el tema.
     
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Valéria Mara da Silva
Estudiante de doctorado del Programa de Posgrado en Historia,
Universidad Federal de Minas Gerais, Brasil.

Es estudiante de doctorado en el Programa de Postgrado en Historia, Universidad Federal de Minas Gerais, y becaria de capes.Rodrigo Osório Pereira.

Rodrigo Osório Pereira
Universidad Estadual de Feira de Santana, Bahia, Brasil.
 
Es estudiante de doctorado en el Programa de Postgrado en Historia, Universidad Federal de Minas Gerais, becario de CAPES, y profesor de la Universidad Estadual de Feira de Santana.
     
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como citar este artículo
Mara da Silva, Valéria y Rodrigo Osório Pereira. (2012). La Creación de Darwin entre el hombre y la teoría. Ciencias 105, enero-junio, 148-154. [En línea]
     

 

 

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